A continuación se reproduce la síntesis de las respuestas de Agustín Tosco, el líder lucifuercista cordobés:
Yo pienso que Córdoba es una expresión de la crisis del país y de América
latina. El pacto social es la postergación de todos los reclamos obreros. Se
subordina estos reclamos a la voluntad de la clase dominante, asociada al
capital extranjero. Pero lo que realmente debe preocupar es el aumento
inevitable de la represión ya que el gobierno nacional representa la hegemonía
de la derecha. Los trabajadores nucleados en UTA han roto el pacto social y, yo
puedo dar fe, no hubo ninguna instrumentación por parte de Atilio López. Para
entender porqué los ribetes políticos adquirieron preponderancia en una cuestión
salarial se debe puntualizar que se trata de un ataque al gobierno provincial
por parte de los mismos sectores que quieren desalojarnos de la CGT regional. El
balance de siete meses de gobierno indica que se mantuvo un clima democrático.
No se deje pasar la intimidación de la derecha. Hay que hablar claro: el
gobierno tiene la simpatía del pueblo de Córdoba. Pero nuestros gobernantes no
pueden escapar a los lineamientos de la política nacional. Así como tampoco
nosotros podemos hacerlo. La CGT regional vive en medio de una sorda lucha que
se agudiza diariamente entre los diferentes sectores, pero estamos, ni duda
cabe, mejor que en la CGT nacional. Reconozco que nuestra regional atraviesa una
crisis, si se prefiere, institucional. Se verifica una neutralización de la
regional. No sucede así en las bases y en los sindicatos combativos. Existe, ya
mismo, dos tácticas de nuestros opositores: apoderarse directamente de la CGT y
subordinar el gobierno de la provincia a las ordenes nacionales; la otra
consiste en mantener la situación actual. Esta última equivale a mantener
cierta inactividad regional, a nivel dirigente. Pero, para mí, con todas sus
debilidades, la CGT actual es un reflejo del Cordobazo. Por eso digo que
nosotros no queremos la “normalización” de la CGT. Queremos un secretariado
de la clase obrera, una renovación democrática de las autoridades. Así,
proponemos un plenario democrático de la CGT, un congreso donde podamos llevar
unas 10 mil personas. Este plan de trabajo es la mejor respuesta a los intentos
intervensionistas.
El pueblo cordobés no se complacerá con una restricción de su autonomía
provincial.Tanto la CGT como el gobierno son propios de Córdoba. Y Córdoba
puede decidir por ello. Pensamos que cualquier intento serio debe encontrar una
firme actitud que se materializará en la huelga general y la movilización
total. En mi opinión el pacto social significará una agudización de la crisis
social y el desarrollo de luchas más amplias para resolver las necesidades
vitales, políticas y económicas, de los trabajadores. De aquí se derivara una
mayor represión. Es inevitable. Nosotros hemos denunciado el pacto social y
solicitamos paritarias junto con un aumento. Eso sirve de estímulo a la lucha.
Cada vez en mayor medida muchos gremios seguirán ese camino. Y claro está:
frente al avance de la derecha nos vamos a defender, como lo hemos hecho ya en
varias oportunidades en nuestro propio sindicato.